‘Lo que falta en nuestro país es que haya oportunidades para actores y actrices de mayor edad en personajes más importantes’

1.- En los años 60 del siglo pasado, Ana Martin era toda una bomba sexual en las películas donde aparecía, casi siempre como jovencita rebelde y llena de conflictos o encerrada en una jaula como bailarina a Go-Go. De baja estatura y figura envidiable supo hacerse camino hasta llegar a ser una de las protagonistas más famosas de las telenovelas mexicanas. Muchos recuerdan su doble papel en “Gabriel y Gabriela” donde aparecía de hombre y mujer. Luego llegaron “La Pasión de Isabela” que estaba ambientada en los años 40 y “El Pecado de Oyuki” en donde le estiraban los ojos con tafetán para que pareciera una mujer asiática.

2.- Con ese truco para que se le rasgaran los ojos, terminaron desprendiéndole uno de los párpados y tuvo que someterse a una cirugía reconstructiva de la cual afortunadamente salió bastante bien librada. Ahora Ana Martin, con la imagen y figura de una dama mayor, se ha concentrado en hacer personajes propios de una primera actriz los cuales permiten su lucimiento personal. Por eso pudimos verla en “Soy Tu Dueña” en el papel de “Benita”, la nana del personaje protagónico interpretado por Lucero quien por cierto se vio bastante apoyada gracias a la interpretación de Ana Martin.

3.- Transmitiendo ternura y manteniendo el personaje alejado de las exageraciones en las que se puede caer en las telenovelas (saludos a Gaby Spanic) Ana Martin se ganó a pulso la preferencia del público que sigue el mencionado melodrama. Como final del personaje, se les ocurrió lanzarlo por un balcón para que encontrara la muerte en una estrepitosa caída. Resulta que Ana Martin decidió hacer la escena ella misma y, colgada con un arnés de una grúa a ocho metros del suelo, imprimió un realismo muy impresionante que para nada es usual en las telenovelas.

4.- Eso es lo que hace falta en nuestro país. Que haya oportunidades para actores y actrices de mayor edad en personajes más importantes, incluso protagónicos, y no sólo de apoyo. Es cierto que en “Soy Tu Dueña” también están Silvia Pinal y Jacqueline Andere pero de ningún modo son las figuras principales de la producción. Todo gira alrededor de Lucero y Fernando Colunga. Hace años, en 1999 para ser más exactos, vimos “Tres Mujeres” donde Norma Herrera efectivamente era una de las protagonistas pero las otras dos eran Érika Buenfil quien no era tan grande y una muy joven Karyme Lozano.

5.- ¿Usted vería una novela estelarizada por Joaquín Cordero y la misma Silvia Pinal? Yo sí, ¿por qué no? En la vida real las cosas importantes no sólo les pasa a los jóvenes o a los adolescentes. Claro que inmediatamente me van a decir que en nuestro país una abrumadora mayoría está conformada por personas en sus primeras décadas de vida. Y este dato es muy cierto. Pero, los públicos jóvenes ¿no podrían tener la sensibilidad de contemplar historias de personas mayores? Al fin de cuentas, todos vamos para allá.

6.- Pues, que después de su espectacular boda y la exhaustiva cobertura mediática, Edith González abandona las filas de Televisa, la empresa que le dio oportunidades monumentales y proyección mundial. Literalmente dijo que “hay que estar donde te den el apapacho” y que por eso se va a explorar otros horizontes. ¿Aceptará el público verla en un lugar distinto al que la proyectó desde telenovelas tan antiguas como “Los Ricos También Lloran” o producciones tan exitosas como la versión de “Corazón Salvaje” que la consagró?

7.- Ahora bien, si hacemos un recuento más detenido, no podemos olvidar que Edith González estuvo en “Bianca Vidal”, “Monte Calvario”, “Rosa Salvaje”, “En Carne Propia”, “La Jaula de Oro”, “Salomé”, “Mujer de Madera”, “Doña Bárbara” y recientemente en “Camaleones”. Por cierto que no estoy mencionado todas las producciones en las que participó, pero por lo menos sí las que mejor recuerdo. ¿Y se sintió poco “apapachada”? ¿Qué tanto le estarán ofreciendo? Se supone que su nuevo marido es un empresario exitoso. ¿La estará asesorando? Sólo el tiempo podrá decir si la hermosa actriz tomó una decisión adecuada.