Aylín Mujica, una villana muy `sexy'
1:51La actriz cubana asegura que disfruta intensamente de su vida familiar. Desde que la sensual cubana se integró a la cadena Telemundo, su carrera se ha disparado internacionalmente, destacándose como actriz, bailarina, animadora y tremenda villana en las telenovelas Marina, Sin senos no hay paraíso, Niños ricos, pobres padres y actualmente en la superproducción Aurora. ``Cuando leí la trama, supe que el personaje de Vanessa Miller sería para mí'', dice Aylín Mujica, a quien le fascinan los temas que cuentan experimentos científicos. ``Aurora es una novela de amor y ficción que trata la temática de la criónica, una técnica científica basada en la congelación del cuerpo de un fallecido que espera ser revivido en el futuro. Aurora es como una bella durmiente moderna, que despierta luego de 20 años'', explica Aylín, que interpreta a una mujer muy sexy, a la que le sobra el ingenio para manipular a todo el mundo, y para acabar con Aurora, a quien le encantaría volver a meterla al refrigerador para siempre.
``Vanessa es una mujer bonita y elegante, que se casó con un hombre más joven que ella, `muy buen partido', pero que siempre la engañó con mujerzuelas. Le gustan los masajes en el spa y los jovencitos, al final hay que divertirse, ¿no?'', dice la escultural cubana, quien asegura que ella es muy diferente a su personaje.
``Vanessa es muy manipuladora. Su meta es hacer infelices a los demás. Pero es un personaje matizado, que podemos llegar a comprender y compadecer, porque es una infeliz que está muy sola. En cambio, yo amo el amor y tengo una familia que disfruto intensamente'', expresa Mujica, quien graba la telenovela en Miami, en medio de la crianza de sus tres hijos: Mauro, fruto de su relación con el músico cubano Osamu; Alejandro, que nació durante su matrimonio con el productor Alejandro Gavira, y Violeta, la estrella del hogar que comparte con su esposo, el actor colombiano Gabriel Valenzuela.
``Mis días son de locura. Duermo sólo cuatro horas, porque me toca ser a la vez actriz, mamá, esposa y ama de casa. Pero me siento feliz con mi acelere de high definition'', dice entusiasmada la actriz de 35 años.
Al preguntársele si alguno de sus hijos piensa seguir la carrera artística dice: ``Mauro estudia producción. Antes prefería producir detrás de cámaras, pero ha resultado muy bueno para la actuación y ha empezado a participar en castings''.
¿Y Violetita?
``Ella tiene su tutú rosadito, porque apenas cumpla tres años la pongo en clases de ballet, igual que lo hice yo, porque la danza te forma el cuerpo y el espíritu, pues te despierta el gusto por la música clásica y el arte''.
Y es que Aylín Mujica Ricard, nacida el 24 de noviembre de 1974 en La Habana, también estudió ballet desde muy niña.
``Inicié mi carrera a los ocho años, en la Escuela de Ballet de Cuba, y comencé a modelar a los 13 años, apoyada por mis padres, el capitán Frank Mujica y Alina Ricard. Mi infancia la pasé entre el teatro y la academia de ballet, porque mi madre es crítica de arte'', cuenta Aylín, que pronto descubrió que la actuación era su pasión. ``A los 18 años entré a la Escuela de Cine de La Habana, donde participé en el documental submarino Girón bajo la tierra inundada y en el largometraje La bella de la Alhambra''.
Cuando llegó a México hizo una especialización en actuación en Televisa, donde la descubrió Florinda Mesa, la esposa de Roberto Gómez Bolaños ``Chespirito''. ``Ella quería que yo protagonizara La dueña, pero no pude porque Francisco Gattorno era el galán, y no podían tener a dos cubanos en roles estelares. Así que realicé el papel de Fabiola, con el cual gané el premio ACE como actriz revelación en Nueva York''.
Después comenzó una nueva etapa en TV Azteca, con las telenovelas Señora y Yacaranday, y en 1999 causó verdadero escándalo, con su participación como actriz, cantante y bailarina en la obra de teatro Drácula, por las atrevidas escenas que hacía con Alejandro Camacho.
Luego vino a vivir a Miami a trabajar en Telemundo, donde se ha destacado como presentadora en los Premios Billboard y como estrella de varias telenovelas. ``Precisamente, filmando Niños ricos, pobres padres me enamoré de mi esposo Gabriel Valenzuela'', dice la actriz que ha sabido compaginar de forma ejemplar su agitada vida artística con la tranquilidad familiar.
``La carrera es importantísima, pero mi universo es mi hogar. Cuando eres famosa estás en el ojo del huracán, al que no le presto atención; simplemente cierro la puerta de mi casa y me concentro en lo vital, que es el amor de mi familia''. •
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