Crítica a “Cielo rojo”

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Emocionante, hermosa, tradicional, así es “Cielo rojo”, la mejor telenovela que se ha transmitido en muchos años en Azteca 13 y que el lunes pasado comenzó en el horario de las 21:30.

Estamos ante un producto de una calidad excepcional, ante un melodrama 100 por ciento competitivo a nivel nacional e internacional, ante un trabajo que da gusto ver.

¡Gracias! ¡Gracias, Azteca Novelas por retomar el camino! ¡Gracias por volver a ser lo que fuiste en los tiempos de “Cuando seas mía” y “Lo que es el amor”! ¡Gracias!

¿Y cuál es la clave de toda esta belleza? Una combinación perfecta de reparto, historia y producción.

Me pongo de pie ante los actores de “Cielo rojo”. Ya quisieran en Televisa, en Telemundo, Univisión o en cualquier casa productora de América Latina un grupo de actores tan completo y reconocido.

Edith González está como para comérsela a besos, como en “Doña Bárbara”, como en “Salomé”, como en “Corazón salvaje”, y esto se tiene que decir muchas veces porque en Televisa nomás le daban puros personajes de relleno.

Ahora, en Azteca 13, ella es la reina, la mega-reina de las telenovelas y le ha inyectado un espíritu tan profesional, tan fresco e internacional a Azteca Novelas que aquí es cuando uno se da cuenta de la importancia de tener actrices de su nivel.

Mauricio Islas está mejor que nunca, Regina Torné está haciendo un monumento de villana, Andrea Noli es un agasajo y yo no sé si usted es muy joven, no le tocó o no lo alcanza a apreciar, pero tener a un Hugo Stiglitz haciendo telenovela es un lujo.

¿Qué le puedo decir de “Cielo rojo” como historia? Mucho. ¿Sabe quién la está escribiendo? Eric Vonn, uno de los más importantes escritores de telenovelas de todo el continente.

Eric ha sido el responsable de muchos de los más grandes éxitos de Televisa, Azteca y Telemundo, y es uno de los poquísimos casos donde, además de hablar de un guionista, estamos hablando de una estrella.

Yo le digo a cualquier persona de esta industria: Eric Vonn, y se cuadra. Quisiera saber si sucedería lo mismo con algún otro adaptador.

¡Por supuesto que no! La figura del escritor hace mucho tiempo que desapareció del negocio de las telenovelas de este país. Por eso es un privilegio que Eric esté de vuelta en Azteca 13.

Él, con su trabajo en “Cielo rojo”, ya le está devolviendo la dignidad a este oficio. ¡Bravo! ¡Bravísimo!

¿Y la producción? ¿Por qué es buena la producción de este proyecto? Porque se siente un orden, un estilo.

Todavía no alcanzo a apreciar si es el de Alberto Santini (director de Azteca 13), el de Elisa Salinas (otrora directora de Azteca Novelas) o el de Rafael Urióstegui (productor de “Prófugas del destino”).

Pero esto no tiene nada que ver con la ene cantidad de cochinadas que el área de telenovelas de Azteca nos había estado ofreciendo en los últimos años.

Todo luce precioso, los escenarios son espectaculares, predomina el talento mexicano y la canción de Ana Gabriel es como para correr a comprarla ya.

¿Y qué me dice de los pequeños grandes detalles como los créditos de entrada? ¿A usted no le gustaron? A mí me enloquecieron. ¡Qué noción del dramatismo! ¡Qué iluminación! ¡Qué textura!

En todo México no hay nada igual y esto incluye a la mismísima “La reina del sur”.

Vi el capítulo uno de “Cielo rojo” y hasta me emocioné con detalles con los que tenía mucho tiempo de no emocionarme como los peinados, el vestuario y los accesorios.

Voy a decir algo que ya es la cúspide de la frivolidad. ¿Vio los aretes que traía puestos Edith González? ¿No se le hicieron perfectos para ella, para su personaje y para la situación?

Discúlpeme que me detenga en esto pero aquí podemos hablar hasta de los aretes, en buena parte de las telenovelas nacionales que tenemos en pantalla no podemos hablar ni de la historia.

Así de gruesas están las cosas. Así de bien está este producto.

¿Qué es “Cielo rojo”? Una adaptación libre de una joya de la televisión venezolana titulada “Las dos Dianas” del maestro José Ignacio Cabrujas (“Señora”).

¿De qué trata? Apenas estamos en los antecedentes pero, palabras más, palabras menos, es la historia de una mujer que lo pierde todo y que, años después, regresa para recuperarlo.

Sí, es como “La madrastra”, “La loba”, “Emperatriz” y más o menos como “Montecristo”, “La fuerza del destino”, “Pasión Morena” y cientos y cientos de telenovelas latinoamericanas.

Ahí va a estar el mayor de sus retos, en marcar una diferencia, en que el público no sienta que está viendo lo mismo que vio varios minutos antes con Gabriela Spanic y Bernie Paz.

¿Usted qué cree que vaya a pasar aquí? Yo, por lo pronto, que ahora sí hay un nuevo espíritu en las producciones de Azteca Novela, que los mercados internacionales matarán por “Cielo rojo” y que los nacionales, por fin, gozarán de un espectáculo de calidad. ¡Felicidades!

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