Carlos Cámara Junior se ha posicionado como villano de las telenovelas mexicanas, sin embargo el venezolano es todo lo contrario.

Confesó tener alma de niño: "Soy un niño grande, por eso llevo bien con los chavitos".

De pequeño nunca pensó en convertirse en actor, él soñaba con ser un beisbolista de las ligas profesionales.
"Yo siempre quise ser pelotero profesional, yo quise llegar a las grandes ligas, yo jugué béisbol desde el pre-infantil, infantil, junior, juvenil y amateur, practiqué con equipos profesionales de Venezuela con los Medias blancas y de Chicago".

El actor confesó que era muy activo: "Era traviesísimo, me la pasaba golpeándome, siempre me rompía por acá, me rompía por allá".
Recordó una anécdota de la escuela cuando era muy pequeño: "Yo recuerdo que había una niña que me gustaba, pero me hacía tantas cosas que me caía tan mal, yo llegué y le corté el pelo en plena clase, me pusieron arrodillado como tres días, por ahí heredé lo de los villanos (risas)".

Al ser hijo de un gran actor, Carlos vivió rodeado de la magia de las radionovelas, experiencia que recuerda con gran cariño: "A los seis años mi papá me llevó a la radio, recuerdo que lo acompañé y para mi era una maravilla, entrar al estudio, el sonido del caballo, era una gran experiencia ver a mi papá haciendo radionovelas".

Lo que le gustaba comer de pequeño eran los chocolates, helado, refresco de cola y hot cakes.
Disfrutaba mucho ver la televisión, en especial las caricaturas: "Lo que más me gustaba era ver Los Picapiedra, El Llanero solitario, Batman, me gustaba El Acertijo, me gustaba El Pingüino, me gustaban los villanos", finalizó.