Sinopsis

Durante los últimos 20 años Clemencia Astudillo (Marjorie de Suosa) ha cargado con una pena tan profunda que nada ha podido mitigarla.

A pesar de que es una empresaria de éxito, con un matrimonio estable y tres hijos adoptivos, no puede olvidar aquel día nefasto en que se despertó en un hospital –sola, indefensa y confundida– para descubrir que le habían robado a su hija recién nacida la noche anterior.

Abandonada por Luis Francisco Villarte (Juan Alfonso Baptista), el hombre a quien amaba y despojada de lo único que podría hacerla feliz, su único consuelo vino de una fuente imprevista: el médico que la atendió en el hospital, con quien ella, aún son amarlo aceptó casarse con él.

Dos décadas después, Clemencia es una mujer severa y amargada, al mando de la empresa que su esposo heredó de su padre y con la constante ansia de encontrar a su hija perdida.

Lo que no se imagina Clemencia es lo cerca que está… porque la nueva empleada que acaba de contratar en la compañía no es otra que su hija, Milagros, quien creció en un orfanato.

Cuando Milagros y el hijo adoptado de Clemencia, Enzo, se enamoran, Clemencia la acoge en la familia. Pero hay personajes siniestros que conspiran para separar a la pareja, y Clemencia cae en la trampa de creer que Milagros traicionó a Enzo de la peor manera posible. Por eso, libra una guerra brutal contra la joven, sin saber que está destruyendo a su propia hija.

Mientras tanto, el hombre que dejó a Clemencia embarazada y sola hace tanto tiempo reaparece en su vida y entre ellos renace la llama del amor al revelarse que él nunca quiso abandonarla, pues fue víctima de una cruel intriga.

Es allí donde Clemencia tratará de reparar el daño hecho a su propia sangre.