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Con un cuerpo “sobre expuesto” al sol y músculos bien formados pretendió conquistar las tardes de Venezuela, y efectivamente logró acaparar las miradas de las féminas, pero también los comentarios de artistas, productores y público en general quienes le extendían una invitación diaria a modular para que los televidentes pudieran entender sus parlamentos.
“Coco” como se le conoce en el medio artístico estableció una relación con Sabrina Salvador, con quien compartió los créditos principales en el dramático original de Alberto Gómez. Fuentes cercanas a la producción aseguran que su trabajo dejo mucho que desear en los ejecutivos, quienes debían esperar mucho tiempo por él, y que incluso cuando quisieron agilizar las grabaciones con el uso del apuntador la pesadilla se adueñó del estudio, pues al no saber utilizarlo perdía “aún más” la sensibilidad y el movimiento.
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