Meses después de mudarse a EEUU, la estrella latinoamericana de telenovelas Eliana López escribió en su blog sobre sus esperanzas y aspiraciones para su nueva vida, más sencilla, como esposa y madre, lejos de los focos de la televisión y las películas.

La actriz venezolana se mostraba entusiasmada por vivir en San Francisco, "una ciudad hermosa y de vanguardia, donde millones de personas interesantes hacen que sucedan cosas todos los días", criando a su hijo con el entonces Supervisor Ross Mirkarimi, y enseñando clases de danza bilingües para mamás y bebés.

"Intentar ser consciente de mi vida siempre que sea posible, de las cosas a las que temo, de las cosas que amo y lo que me mueve", escribió López en 2010. "Intentar hacer preguntas sobre mí misma y lo que me rodea, cuestionarme y no despertar un día y ver a mi hijo como un extraño, pensando que la vida pasó a mi lado… Esa es mi meta".

Hoy López está nuevamente bajo los focos. Esta vez como presunta víctima de violencia doméstica, ya que su esposo, Mirkarimi -el ahora cuestionado sheriff de San Francisco- se enfrenta a juicio esta semana por cargos penales por delitos menores acusado de haber sujetado y magullado el brazo de López frente a su hijo pequeño en la víspera del Año Nuevo.

López se ha convertido en un símbolo, lo quiera o no, de los activistas en contra de la violencia doméstica y la figura central en un caso que ya separó a su familia y que amenaza a la carrera política de su esposo. Un video que presuntamente la muestra hablando sobre lo que pasó ha surgido como prueba clave.

El 27 de febrero, el juez Garrett Wong determinó que el video podía ser usado como prueba mientras los abogados de Mirkarimi pedían que el proceso se declarara nulo. Los abogados de López argumentaron dos días después que el video no debía ser admitido como prueba, después de que los fiscales hicieron públicas fotos que mostraban a López, afectada, con una magulladura notoria en el brazo.

Los abogados de López apelaron, y el viernes el juez dejó en suspenso el uso del video hasta que dictaminara sobre su admisibilidad.

Probablemente López no deseaba este tipo de celebridad y Mirkarimi no puede darse el lujo de recibir otra cosa que no sea una absolución, dijo Rory Little, profesor de la Escuela de Leyes Hastings de la Universidad de California en San Francisco.

"Es un ciclo desafortunado para algunas víctimas, en el que pueden lamentar el llamar la atención sobre la aparentemente breve pérdida de control de su pareja", dijo Little, un ex fiscal federal. "Pero, otra vez, no sabemos qué sucedió. Es lo que hace que el proceso de estos casos de violencia doméstica sea difícil, porque generalmente no hay testigos, excepto la víctima y la persona acusada".

Tanto López como Mirkarimi han negado en varias ocasiones las acusaciones. López habló en una radio venezolana en enero declarando que los fiscales quieren perjudicar a su esposo.

También estuvo de pie junto a Mirkarimi cuando juró como Sheriff, pocos días antes de que fuera fichado en la cárcel que está bajo su responsabilidad. Más tarde dijo en medio de lágrimas al juez que no es una "pobre inmigrante", y agregó "No tengo ningún miedo a mi esposo".

Aunque el juez encontró que López es fuerte y "muy encantadora", dijo que de todas maneras hay una "situación volátil" en juego. El Sheriff está bajo orden judicial de permanecer lejos de López, aunque hace poco se le permitió ver a su hijo.

López se siente abatida por el procesamiento del caso, dijo Paula Canny, una de sus abogados.

"Siente que el gobierno le falta el respeto", dijo Canny. "Les ha dicho varias veces que no hubo un acto de violencia doméstica, fue una discusión. Como familia, están destrozados. No se supone que esto pueda suceder en EEUU".

Cuando se le preguntó si su cliente testificaría, Canny dijo inicialmente que iban a "mantener todas las opciones abiertas". Más adelante, sin embargo, expresó dudas.

"[Los fiscales] están intentando presionarla para que testifique", dijo Canny. "La ironía es que no están dispuestos a otorgarle inmunidad... Quiero que le otorguen inmunidad que cubra cualquier cosa en un tribunal federal y en procedimientos de inmigración. [Si no es así] no testifica".

Pero Michael Cardoza, abogado de la defensa del Área de la Bahía, dijo que cree que López podría ser obligada a testificar como la presunta víctima. "Dudo mucho que le permitan quedarse callada", dijo.

López, de 36 años, ha aparecido en varios programas de TV y películas en América Latina. Su personaje más famoso es quizás Oriana Ponce De León, una villana convertida en heroína en la telenovela venezolana, Amor a palos.

Está programado que más adelante este año encarne a la heroína de la guerra por la independencia venezolana Luisa Cáceres de Arismendi en la película La esposa del coronel.

López conoció a Mirkarimi en 2008 en una conferencia sobre medio ambiente en Brasil. Se casaron en 2009, después del nacimiento de su hijo, Theo.

La pareja se mantuvo la mayor parte del tiempo alejada de la atención pública hasta que Mirkarimi, de 50 años, al final de su período como supervisor, anunció que se postularía para el cargo de Sheriff la pasada primavera. Mirkarimi, exinvestigador en la Oficina del Fiscal de Distrito, ganó cómodamente en noviembre.

Durante una discusión en su hogar menos de dos meses después, Mirkarimi sujetó a López por el brazo derecho y le causó un magullón, aseguran las autoridades.

Al día siguiente, López habló con una vecina, Ivory Madison, quien más tarde contactó a la policía. La policía confiscó el video que Madison había grabado, además de mensajes de texto y correos electrónicos entre las dos mujeres. Los fiscales dicen que López habló sobre las acciones de Mirkarimi en el video.

"Voy a utilizar esto en caso de que quiera alejar a Theo de mí", dijo López en el video, según documentos del tribunal. "Porque lo hizo, dijo eso, es muy poderoso, y puede, puede hacerlo".

El video muestra a López señalando el magullón en su bícep derecho, donde dice que Mirkarimi la sujetó, según una declaración jurada de la policía.

Los abogados de la defensa de Mirkarimi argumentan que las declaraciones de López deberían ser inadmisibles porque tenían la intención de lograr la custodia del hijo si el matrimonio fallaba. "El video en sí mismo fue el producto de una decisión deliberada y reflexionada de crear una prueba para los procedimientos de custodia", escribió Lidia Stiglich, abogada de Mirkarimi, describiéndolo como un rumor.

Mirkarimi se declaró no culpable de las acusaciones de golpiza por violencia doméstica, poner en peligro a un menor y disuadir a un testigo. Podría enfrentarse a hasta un año en prisión, si es condenado.

Después de prestar juramento como Sheriff, Mirkarimi describió el incidente alegado como "una cuestión privada, un asunto de la familia". Eso exacerbó a activistas en contra de la violencia doméstica, que colocaron un cartel cerca del tribunal que dice "La violencia doméstica no es NUNCA un asunto privado".

"Si esa es su última palabra, entonces son 30 a 40 años de nuestro trabajo que se tiran por la borda y todo los logros por los que hemos trabajado tan duro para que las víctimas hablen", dijo Kathy Black, directora ejecutiva de La Casa de Las Madres, la organización sin fines de lucro detrás del cartel.

Black dijo que los activistas recaudaron más de lo esperado para colocar cinco carteles más, en español.